Se trata únicamente de un nuevo juego de Mario, o de la
razón definitiva por la que necesitamos hacernos con una Wii U estas Navidades?
Seguid leyendo para descubrirlo!
Mario no necesita presentación a estas alturas, así que vamos al grano. A
nivel técnico, los gráficos van un paso más allá de lo visto en New Super Mario
Bros. U y Super Luigi U, demostrando que además de la dichosa alta definición se
necesita un apartado artístico coherente para crear algo visualmente atractivo y
sobre todo atemporal. La música corre una vez más a cargo del maestro Koji Kondo
y de Mahito Yokota, el brillante compositor responsable de las excelentes bandas
sonoras de los Mario Galaxies y del Zelda: Skyward Sword. Su pericia combinando
sonidos sintéticos y música orquestal está fuera de toda duda. Mención especial
para el sombrío (pero inesperadamente triste, incluso diría que lacrimógeno)
tema de la Mansión Fantasma, el segundo Athletic Theme (estilo años 30) y la
fantástica remezcla del Castillo de Bowser del Super Mario 3D Land.
Sin embargo, características tales como los gráficos, la música o incluso la
ambientación no dejan de ser factores circunstanciales, y quedan en un segundo
plano cuando llegamos al elemento fundamental que define a los mejores juegos de
la casa Nintendo, el impecable diseño de niveles. Es ahí donde el juego brilla
realmente a gran altura. Siguiendo el ejemplo de títulos recientes como New
Super Mario Bros. U y Zelda: A Link Between Worlds, Nintendo recupera elementos
de sobra conocidos por todos y los combina con astucia e inteligencia para dar
lugar a nuevas ideas y situaciones. Un Spike lanzando objetos rodantes sobre
puentes de madera que se caen a pedazos provocarán más de una muerte, os lo
aseguro.
Por parte de Super Mario Bros. 2, tenemos el retorno de enemigos como los
Cobrats (que en esta ocasión incluso han ascendido al nivel de jefes finales),
las cerezas o las puertas al mundo de las sombras.
Por parte de Super Mario Bros. 3, vuelven el Zapato Goomba (esta vez en forma
de patín), los niveles con tanques y en general el gusto de Takashi Tezuka por
introducir elementos japoneses en la saga. Desde gatos dorados de la suerte
hasta templos budistas, pasando por técnicas de multiplicación ninja, tatamis y
shurikens. Esta filosofía de ‘Mientras sea divertido, todo vale!’ es lo que nos
dio a Mario Tanooki (y el susodicho Zapato Goomba) hace ya más de 20 años en la
NES. Si Miyamoto es la razón de Mario, Tezuka sin duda es su corazòn.
Pero no todo es nostalgia en este juego, no. Hay cientos de nuevos elementos,
colgados en una pared como si fueran permutaciones del argumento de Breaking
Bad. La principal novedad en esta ocasión es la Campana Gatuna, cuyo traje
aparece promocionado a bombo y platillo en la carátula del juego, que nos
permite escalar paredes y lanzarnos en plancha sobre nuestros enemigos. Otro de
los nuevos poderes es la Cereza Doble, que multiplica a nuestro personaje,
obligándonos a llevar a un grupo de hasta 5 que siguen simultáneamente todas y
cada una de nuestras instrucciones. Yoshi no hace acto de presencia en este
juego, pero tendremos a nuestra disposición plantas carnívoras portátiles, con
su macetita y todo, que podremos pasear alegremente por el nivel y que se
comerán, también alegremente, a cualquier enemigo (o amigo) que encuentren a su
paso. Podríamos poneros más y más ejemplos, pero sería como destriparos el final
de una buena peli, algo imperdonable. Sólo os diremos que cada nivel está medido
y testeado hasta la extenuación para resultar una experiencia jugable única para
vosotros.
Si Super Mario 3D Land supuso un acercamiento de filosofías y un híbrido
entre los Marios en 2D y en 3D para evitar la alienación de los fans con
dificultades para maniobrar en un mundo tridimensional, Super Mario 3D World
supone una depuración de esta nueva fórmula, llevada a cabo con cariño y esmero
infinitos hacia los fans de Universo Mario. Por ello, no puedo hacer otra cosa
que puntuar este título, obligatorio para todo jugador que se precie de serlo,
con un rotundo.....
Fuente: globedia.com
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