Puma puso en marcha un proyecto de rediseño del packaging de la marca dirigido a reducir el impacto medioambiental de su producción
El objetivo era desarrollar una caja que utilizara una menor cantidad de materiales y que al mismo tiempo, ayudara a disminuir los gastos de transportación de los productos. Hicieron equipo con el diseñador industrial Yves Behar y después de 21 meses de trabajo, cerca de 2,000 ideas y poco mas de 40 prototipos llegaron a la conclusión de que la caja que se ajustaba mas a sus necesidades no era una caja, sino una bolsa.
Los resultados hablan por sí solos: un empaque que utilizará 65% menos de cartón, sin necesidad de ensamblaje y que además no requeriría de una inútil (y desde luego altamente contaminante) bolsa plástica al ser entregada en las tiendas. Por si esto fuera poco se lograría ahorrar unas 8,500 toneladas de papel, 20 millones de megajoules de electricidad y 1 millón de litros de agua.
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